miércoles, 18 de noviembre de 2015

VALIDEZ: CONCEPTO Y TIPOS

Para el desarrollo de una investigación educativa, ya sea cualitativa o cuantitativa, necesitamos hacer uso de una serie de instrumentos para la recogida de información o de datos. No podemos hacer uso de cualquier tipo de instrumento, ya que depende del objeto de estudio de la investigación, pero siempre va a surgir el concepto de VALIDEZ vinculado al instrumento.

Por ello, tras la necesidad de hacer uso de este término, se considera imprescindible delimitar qué es la validez y los tipos que existen vinculados a los instrumentos de investigación cualitativa y cuantitativa.

La validez de un instrumento en una investigación cuantitativa supone "el grado en que la medida refleja con exactitud el rasgo, características o dimensión que se pretende medir", tal como indican Del Rincón, Arnal, Latorre y Sans (1995, p. 74).

Así mismo, Herrera (2010, p. 177) menciona que:

Un instrumento de medida viene determinado por su adecuación a lo que queremos medir, a los sujetos a los que se va a administrar y a las circunstancias reales de uso. La validez es una característica única, aunque el acercamiento a la misma depende de muchos factores.

Se pude deducir de ambas definiciones que la validez hace referencia a lo que la prueba mide, y ésta debe estar presente en la elaboración del instrumento, así como durante el proceso de  aplicación, corrección e interpretación de los resultados.

Podemos indicar 5 tipos de validez de los instrumentos de medición en una investigación cuantitativa, tal como recoge Pérez (1994, p. 74):



Validez de contenido.
Pretende probar que el instrumento posee un conjunto de elementos suficientes y representativos de lo que se pretende medir, si los ítems son representativos de las características o variables que se pretender medir. Para llevar a cabo este tipo de validez, es extraerá una muestra de los ítems, con lo que la representatividad de la muestra es un elemento esencial. Como ejemplo se destaca un cuestionario que desea medir el tiempo de dedicación del alumnado al estudio y las calificaciones obtenidas, pero solo desarrolla preguntas para medir el tiempo de estudio. En este caso, no se presentan cuestiones relativas a las calificaciones obtenidas, por lo que el cuestionario no es válido.

El análisis que se hace de esos ítems no se produce de forma cuantitativa, por el contrario, los jueces los analizan en relación a las áreas de contenido y a los objetivos que se quiere medir. La valoración será realizada por personas expertas, sujetos o jueces en esa materia, quienes emitirán un juicio de valor sobre el instrumento.

Validez de constructo.
Se trata de ver hasta qué punto un instrumento mide un determinado rasgo, característica o constructo teórico. Por lo que se pretende demostrar  que aquello que se está midiendo por parte del instrumento, es una variable consistente, así como poder determinar qué es lo que realmente está midiendo y ver qué es lo que hay detrás de la prueba (qué factores, dimensiones o construcciones). Como ejemplo se destaca la realización de preguntas vinculadas a las emociones del alumnado, pretendiéndose medir la estabilidad emocional del alumnado.

Validez concurrente.
Determina el grado en el que un instrumento permite señalar las características de los sujetos sobre los que se aplica el instrumento. Este tipo de validez consiste en verificar si los resultados obtenidos en la prueba se correlacionan con otros instrumentos que median dichas variables y presentan validez. Esta vinculada con las pruebas externas estandarizadas, ya que pretende medir las capacidades del alumnado.

 Validez predictiva.
Supone el grado en el que el instrumento permite predecir con éxito comportamientos futuros o pasados, independientemente de cómo lo hagan. Se obtiene correlacionando las puntuaciones que los sujetos alcanzan en una prueba, con las que alcanza cierto tiempo después. Como ejemplo cabe destacar los criterios que las universidades usan para la selección o rechazo del alumnado.

Validez didáctica o permanente.
Supone determinar el atractivo e interés que presenta la prueba para las personas que van a realizarla.

En la investigación cualitativa, para comprobar la validez de los instrumentos de medida, es necesario desarrollar otro tipo de validez, como consecuencia de que se están midiendo datos cuantificables. Según Anguera (1986, citado por Pérez, 1994) los tipos de validez son los que se muestran en la figura 2:


Triangulación.
Este tipo de validez, como sugiere Kemmis (1981, citado por Pérez, 1994) "consiste en un control cruzado entre diferentes fuentes de datos: personas, instrumentos, documentos o la combinación de éstos".

Se considera necesario mencionar que según Denzin (1979, citado por Pérez, 1994) existen varios tipos de triangulación, como pueden ser de tiempo, espacio, combinados, teórica, de investigador o metodológica.

Saturación.
Según Hopkins (1985, citado por Pérez, 1994) es necesario recabar todas las pruebas y evidencias que permitan señalar la credibilidad de la investigación, para lo que es imprescindible repetir el estudio para comprobar si los resultados se mantienen.

Validez respondente o negociación.
Esta validez se lleva a cabo a través del contraste de puntos o resultados obtenidos por el investigador con el de otro informante o investigador.

Tras presentar de forma sintética cada uno de ellos ha quedado patente la necesidad de usar uno u otro, para comprobar la validez de un instrumento, dependiendo del tipo de investigación que se esté desarrollando, ya que en las investigaciones cuantitativas se obtendrán datos cuantificable, mientras que en la investigación cualitativa se obtiene datos no cuantificables, por lo que no será posible medirlos, sino comprobar su estabilidad.

BIBLIOGRAFÍA
Del Rincón, D.; Arnal, J.; Latorre, A.; y Sans, A. (1995). Técnicas de investigación en ciencias sociales. Madrid: Dykinson.

Herrera, M. (2010). Escalas de actitud. En Nieto (Ed.), Principios, métodos y técnicas esenciales para la investigación educativa  (pp. 169-190). Madrid: Dykinson.

Pérez, G. (1994). Investigación cualitativa. Retos e interrogantes. Madrid: La Muralla.

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